Poner la espiritualidad es primero

Mateo 6:32,33

Mantener una vida sencilla

Lucas 12:15

Priorizar la Salud Familiar

Eclesiastés 4:6 1 Timoteo 4:8

Respetar el Planeta y al prójimo

Génesis 2:15 Mateo 22:39

Llevar una vida tranquila

1 Timoteo 2:1,2

Introducción

Estos 5 Pilares tienen la finalidad de equilibrar nuestra vida espiritual - Que es lo mas valioso que tenemos- mientras cuidamos de nuestra salud, nuestra familiar y el planeta que Dios nos dio. Recordando que nuestro prójimo no son solo nuestros hermanos de creencia, todas las personas son hijos de Dios y por lo tanto también deberíamos preocuparnos por ellos más allá del hecho que acepten o no el mensaje que de la Biblia. Siempre deberíamos tratarlos con consideración. Recordando que es Dios el que ve los corazones, cosa que no lo podemos ver ninguno de nosotros.

Mantener un equilibrio es importante para poder ser siervos de Dios felices y saludables en sentido espiritual pero también en sentido físico, mental y emocional.

Pilar 1: Poner la espiritualidad Primero

Lógicamente nuestra espiritualidad es el centro de la vida del cristiano (Mateo 6:33). Poner a Dios primero nos trae muchas bendiciones y nos hemos comprometido a poner en practica sus mandamientos (Salmo 119:57).

Esto significa que hablar de Él, estudiar su palabra y asistir a las reuniones de congregación no deberían de ser actividades negociables, son prioridad en nuestra vida. Siendo este el centro, todas las demás cosas deberían girar alrededor en perfecta armonía, para sentirnos satisfechos, tranquilos y felices. Esto es posible, si Dios es el Dios feliz, nosotros también lo seremos sirviéndole (1 Timoteo 1:11).

Cada quien debe encontrar el equilibrio y debe decidir qué actividades prioriza que lo hagan feliz pero que al mismo tiempo le permitan cumplir plenamente con su dedicación a Dios (Isaías 43:10).

Para cuidar nuestra espiritualidad debemos leer la Biblia y meditar en ella, de esta forma podremos cultivar una buena consciencia y una capacidad de pensar que nos ayudará a tomar buenas decisiones y a evitar en lo posible problemas resultado de nuestros errores (Salmos 1:1,2).

Pilar 2: Mantener una vida sencilla

Mantener una vida sencilla o minimalista debería ser básica para un cristiano. El sistema de cosas actual y el sistema económico necesitan que seamos el hámster de su rueda, el cual nos deja muy poco tiempo para dedicar a las cosas que realmente importan. ¿Qué obtenemos a cambio? Recompensas vacías: objetos que no necesitamos, entretenimiento que ensucia nuestra mente y nuevos deseos egoístas. Todo esto nos distrae y daña nuestra relación con Dios.

Una de las mayores preocupaciones de un cristiano es tener las cosas mínimas necesarias: comida, ropa y refugio para su familia. Esto es una preocupación real, porque aunque las necesidades espirituales estén cubiertas, todos necesitamos esas cosas básicas para vivir, además proveerlas a nuestra familia es un mandato (1 Timoteo 5:8). Pero es triste que aun habiendo cubierto esto, seguimos buscando cosas innecesarias, que nos roban el tiempo y las energías y que nos van alejando de Dios.

Jesús cuando estuvo en la tierra mantuvo una vida sencilla, probablemente por la época en que vivió, mucho mas sencilla que la de cualquiera de nosotros. En cierta ocasión le dijo a Marta que se inquietaba por muchas cosas, pero que son pocas las que se necesitan, esa es la actitud que deberemos tener (Lucas 10:41,42). En su sermón de la montaña también recalcó este punto al hablar de las aves y los lirios (Mateo 6:25-33). Y no es que Jesús fuera un persona pobre o no pudiera haber vivido de otra forma como muchos pudieran alegar. Jesús conocía un oficio, Jesús recibía donaciones de otras personas y hasta tenía alguien que las administraba. Ademas recordemos que después de morir unos soldados romanos echaron suerte para repartirse su ropa, seguramente su prenda de vestir era de muy buena calidad. (Mateo 6:3, Juan 12:4-6, Mateo 27:35).

Así que no digo que no podamos comprar cosas de calidad (Juan 12:3), o que debamos vivir pobremente. Lo que debemos evitar es el materialismo o el deseo de poseer cosas que nos impedirán o nos quitaran tiempo para dedicarlo a lo mas importante que es servir a Dios y cubrir las necesidades de nuestra familia.

Otras enseñanzas a considerar:

  • Marcos 10:21,22
  • 1 Juan 2:15-17

Pilar 3: Priorizar la Salud Familiar

La salud es uno de los bienes mas preciados con los que podemos contar. Las personas actualmente viven más, pero no siempre en mejores condiciones. Mientras vivamos en este sistema de cosas la salud es una preocupación constante de todos. Así que mientras el nuevo sistema prometido por Dios no llegue, es responsabilidad de todo cristiano cuidar su vida y cuidar su salud. Aquí entra tanto nuestra salud espiritual, física, mental y emocional.

Salud física

Es nuestra responsabilidad tener una buena alimentación que nos permita superar de mejor manera cualquier enfermedad. Así que estudios regulares, alimentación saludable y buenos hábitos de sueño deberían ser básicos en lo posible para un cristiano (Proverbios 23:20,21). También es necesario practicar una actividad física que contrarreste la inactividad del mundo laboral moderno. En tiempos bíblico la mayor parte de las personas realizaban un duro trabajo físico, así que es lógico que el apóstol Pablo dijera que el ejercicio físico tiene algún beneficio, sin embargo, actualmente es muy necesario e importante (1 Timoteo 4:8).

Salud Mental y emocional

La salud mental y emocional están relacionadas y debemos ocuparnos de ella más que nunca debido a la época en que vivimos. Frente a la actual pandemia en enfermedades mentales no debemos darla por sentada y debe formar parte de nuestra rutina de salud. Llevar una vida tranquila (como veremos más adelante) y hacer ejercicio físico ayuda a mantener una salud emocional. Intentemos reducir nuestras preocupaciones diarias (Mateo 6:34). Hagamos un auto examen para ver cómo nos sentimos y demos los pasos necesarios para sentirnos mejor mental y emocionalmente (Efesios 4:23). Si ese es el caso que necesitamos ayuda profesional hay que buscarla.

Dediquemos tiempo de calidad a nuestro cónyuge y a nuestra familia haciéndolos sentir queridos, esto es necesario. Nunca olvidemos que parte del matrimonio incluye también la sexualidad de la pareja, las relaciones sexuales son necesarias para mantener el matrimonio emocionalmente fuerte y unido (1 Corintios 7:3).

Por supuesto que la salud espiritual es la más importante, de esta somos muy conscientes, pero terminamos descuidando los campos antes mencionados.

Pilar 4: Respetar al Planeta y al prójimo

Dios deseaba que el planeta completo fuera un paraíso y ese plan se pospuso temporalmente, sin embargo la primer pareja recibió la comisión de cuidar el planeta (Génesis 2:15) y esa comisión se extiende a todos los seres humanos que vivimos actualmente. Tristemente la corrupción, ambición y actividad humana ha convertido el planeta en un gran basurero, el cual está llegando a niveles preocupantes en nuestros días. Por lo anterior deberíamos ser conscientes de el impacto de nuestras actividades (directas e indirectas) en el planeta y al hecho de que tendremos que responder a Dios por nuestros descuidos (Apocalipsis 11:18). Así que tratemos de evitar el estilo de vida consumista y generador de residuos que este mundo promueve, tratando que nuestros artículos duren lo más posible.

Del mismo modo siempre intentamos ser buenos con nuestros hermanos de congregación, con nuestra familia y con las personas que nos rodean. Esto es lo mínimo que debemos hacer, tenemos que ser buenos también con las personas que nos tratan mal y con aquellos que no conocemos (Mateo 5:39, 43). El sistema actual de cosas es injusto y abusivo con los desprotegidos. Muchos de los productos que utilizamos fueron probados en personas y animales o tal vez nuestras prendas de vestir fueron elaboradas por niños y esclavos en algún lugar lejano (Hechos 20:35). Tratar de consumir productos éticos al grado que nos sea posible también será algo bueno.

Pilar 5: Llevar una vida lenta

La prisa es el peor enemigo de la espiritualidad. Es posible que nuestra peor versión sea aquella versión de nosotros estresados o preocupados. Además es imposible sentir a Dios cuando no tenemos el tiempo para meditar o para orar. Así que es importante organizar nuestra vida de tal forma que nuestras actividades no queden justas y esto nos haga tener una vida ajetreada ( Eclesiastés 3:1). Hay una regla que dice que programemos solo el 80% de nuestro tiempo. Recordemos también que estar siempre ocupados no es sinónimo de ser productivo, y que el descanso es necesario, Dios mismo creó el descanso (Eclesiastés 4:6).

El apóstol Pablo le dijo a Timoteo que deseaba que llevaran una vida tranquila y calmada con devoción a Dios y es lo mismo que todos deberíamos de desear (1 Timoteo 2:1,2). Sin embargo esto no siempre es fácil y es algo que conscientemente deberíamos de buscar para impedir que este mundo nos amolde a su estilo apresurado.

Jesucristo es también un excelente ejemplo de alguien que se tomó el tiempo para platicar, para escuchar a las personas y para hablar con su padre a pesar de ser alguien muy ocupado. Jesús muchas veces se retiró a un lugar apartado y se tomó el tiempo para orar. Eso nos deja claro que las pausas en nuestras actividades diarias son necesarias e importante para nuestra espiritualidad y nuestra relación con Dios.